¿Por qué algunas parejas prefieren la separación al divorcio?

separación o divorcio

La separación matrimonial es una situación jurídica en la que los cónyuges deciden poner fin a su convivencia y organizar su vida de manera independiente, pero sin romper legalmente el vínculo matrimonial. A diferencia del divorcio, que disuelve por completo el matrimonio, la separación permite que el matrimonio siga existiendo desde un punto de vista legal, aunque los cónyuges ya no compartan el día a día. Esto significa que, pese a que vivan separados y gestionen de forma independiente aspectos como el cuidado de los hijos o los bienes comunes, siguen siendo legalmente esposos. Y por tanto, no pueden volver a contraer un nuevo matrimonio.

El concepto de separación puede ser visto como una fase intermedia, donde las partes buscan una forma de reorganizar su vida personal sin terminar formalmente su  matrimonio. En algunos casos, esta opción se elige por motivos religiosos, ya que algunas creencias no permiten el divorcio, pero sí aceptan la separación. En otros casos, puede responder a la necesidad de tiempo para reflexionar antes de tomar una decisión definitiva sobre la disolución del matrimonio, o bien por razones de estabilidad familiar, especialmente cuando hay hijos involucrados y se quiere evitar un impacto emocional mayor.

¿Por qué los cónyuges pueden o tienen que seguir vinculados tras la separación?

1.- Posibilidad de reconciliación: La separación ofrece la posibilidad de que los cónyuges se reconcilien y reanuden su vida conyugal sin necesidad de volver a casarse. Si deciden hacerlo, simplemente deben comunicarlo al juzgado, y el matrimonio seguirá vigente como si la separación no hubiera tenido lugar. Esta opción resulta más sencilla y menos formal que un divorcio, donde la reconciliación requeriría un nuevo matrimonio.

2.- Cuestiones religiosas: Para muchas parejas, el matrimonio es más que un contrato legal; es un compromiso sagrado. En algunas religiones, como el catolicismo, el divorcio no está permitido, y es la nulidad canónica la única vía de disolver el vínculo matrimonial. Sin embargo, la separación puede ser una solución aceptada por la Iglesia, ya que permite que los cónyuges vivan por separado sin romper el vínculo matrimonial sacramental.

En el resto de cuestiones, la separación produce los mismos efectos legales que el divorcio, y para obtener medidas legales bien personales bien patrimoniales habrá que acudir a un Juzgado para solicitarlas asistidas por un abogado. Esas medidas que se pactan o establecen en la separación, tales como la atribución de la guarda y custodia de los hijos menores (ya sea ejercida en exclusiva por un solo progenitor, o una guarda y custodia compartida), el pago de una pensión alimenticia, la atribución de la vivienda familiar, o el establecimiento de una pensión compensatoria pueden revisarse si alguno de los cónyuges promueve posteriormente un procedimiento de divorcio para disolver el vínculo matrimonial. Es la manera más eficaz de modificar una Sentencia sin el temor de que pueda existir una condena en las costas judiciales, algo que podría producirse en un procedimiento de modificación de medidas de una Sentencia de Separación o Divorcio si nos desestiman íntegramente la demanda presentada.

La separación es una solución flexible sin las consecuencias de un divorcio

En resumen, los cónyuges pueden decidir separarse cuando buscan distanciarse en su convivencia, pero mantienen el matrimonio por razones personales o religiosas. Esta figura jurídica ofrece una solución flexible para quienes desean separarse temporal o definitivamente sin las consecuencias irreversibles de un divorcio.

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